La pandemia de COVID-19 no solo ha afectado la salud, sino que también ha permitido a los investigadores obtener información sobre la propagación de ideas a través de redes sociales y otras plataformas interactivas. La pandemia, junto con enormes cantidades de datos sobre la propagación de la enfermedad, ha abierto la puerta para analizar cómo se difunden la información y las ideas entre las personas, a menudo de manera similar a los virus. Este fenómeno, conocido como "infodemia", se está volviendo cada vez más importante en un mundo donde las redes sociales se han convertido en el medio principal de comunicación.
El matemático y profesor de biología Nicholas Landry investiga cómo la estructura de las redes sociales puede utilizarse para entender la propagación no solo de enfermedades, sino también de información. Estas dos formas de "contagio" comparten características comunes, pero la propagación de información puede ser incluso más compleja. Su trabajo indica que las redes sociales pueden ser utilizadas para rastrear con precisión cómo se propagan las tendencias virales o la desinformación, mientras que la propagación de enfermedades infecciosas como el sarampión o la varicela es más difícil de predecir.
Landry, junto con colegas de la Universidad de Vermont, utiliza un modelo híbrido para analizar las redes sociales. Este modelo no solo rastrea contactos sociales, sino que también estudia las reglas que rigen la propagación de información. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, las redes sociales fueron cruciales para transmitir información, tanto correcta como falsa. Al mismo tiempo, esto abrió espacio para estudiar el efecto del "pensamiento grupal", donde un gran número de personas adoptan ideas o información que se difunden a través de canales sociales, a menudo sin un examen crítico.
Curiosamente, los bots en las redes sociales agravaron aún más la propagación de desinformación durante la pandemia, destacando cuán fácil es manipular la opinión pública a través de contenido generado algorítmicamente. Los estudios muestran que, cuando un cierto número de personas dentro de una red comienza a repetir cierta información, incluso si es incorrecta, el resto del grupo tiende a aceptar esa idea, lo que es un mecanismo similar a la propagación de enfermedades infecciosas.
Otro aspecto importante de la investigación es el seguimiento de la desinformación que se propaga a través de las redes sociales, la cual puede tener graves consecuencias para la salud pública. Harvard Gazette destaca cómo la información falsa sobre el tratamiento de COVID-19, que se ha difundido rápidamente a través de plataformas sociales, puede confundir al público y obstaculizar la implementación de medidas de salud adecuadas. Instituciones como Facebook y Twitter se han enfrentado a desafíos para eliminar esta desinformación, pero la inteligencia artificial no siempre es lo suficientemente efectiva para filtrar la verdad de la falsedad.
Esta investigación señala la necesidad de una mayor comprensión de cómo se propagan las ideas a través de las redes sociales y cómo este proceso puede gestionarse mejor para prevenir la propagación de desinformación. La difusión de información, similar a la propagación de virus, requiere una estrategia reflexiva para garantizar la precisión y confiabilidad de la información, especialmente en situaciones de crisis como una pandemia.
Las redes sociales juegan un papel crucial en la propagación tanto de enfermedades como de información, y es esencial continuar la investigación para comprender mejor estos procesos y mejorar los modelos que pueden ayudar a mitigar tanto las "contagiones" físicas como informativas.
Fuente: University of Virginia
Hora de creación: 13 octubre, 2024
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